domingo, 14 de junio de 2015

Santísimo Cristo de la Caridad. Hermandad de Santa Marta.

Realizado por Luis Ortega Bru. El 1 de Julio de 1.951 se realiza el encargo del misterio del Traslado al Sepulcro su realización data entre 1.951-1.952. La imagen se bendijo el 28 de Marzo de 1.953 en la Parroquia de San Andrés, por el Cardenal Arzobispo D. Pedro Segura y Sáenz. Su primera salida procesional se realiza el Lunes Santo del 30 de Marzo de 1.953. El Santísimo Cristo de la Caridad es una magnífica efigie del Redentor Yacente, realizada a partir de un modelo de barro en tamaño natural, cuyo busto se conserva en la Hermandad. La imagen, exenta, está totalmente tallada en madera de Ciprés y policromada con un gran realismo y unción religiosa, presentando una admirable cabeza, sin corona de espinas, con una amplia cabellera de raíz clásica que enmarca al sobrecogedor rostro del señor en el que se atisban los rasgos de la muerte trágica y cercana.


El cuerpo presenta un notable movimiento, flexionándose en ángulo tanto por la cintura como por las rodillas para ser llevado sobre una sábana por los Santos Varones hacia el Sepulcro, formando un dinámico grupo en diagonal, de izquierda a derecha, de grandioso movimiento barroco. Es para destacar, junto a su admirable anatomía, el magistral brazo derecho desprendido y el breve sudario de talla que deja al descubierto toda la cadera derecha, así como la espléndida policromía que le dotó su autor en la restauración de 1.977, y un extraordinario realismo en la pintura de la sangre que brota del costado, rodillas y llagas del Señor. A los 25 años de su ejecución, su autor, Luis Ortega Bru llevó a cabo una intensa restauración de la imagen del Santísimo Cristo de la Caridad entre el 17 de Julio y el 21 de Noviembre de 1.977, en la que intervino sobre el ennegrecimiento que presentaba, resanando y consolidando la imagen, y aplicándole una nueva encarnadura, más elaborada que la original, esta vez con tonos más claros y con abundancia de veladuras y pátinas, que le otorgó el aspecto con que las contemplamos en la actualidad. Además le talló las Llagas del costado y de las manos, que anteriormente sólo tenía pintadas, precisamente con la propia sangre de su autor, según confesión personal. En el Verano del año 2.000, el taller "Serbal", le realizó una pequeña restauración, consistente en la limpieza de la policromía de los pies y mano derecha, así como en la sustitución del sistema de fijación del Señor al paso procesional por una pieza de acero inoxidable embutida en el dorso de la imagen. Entre el 7 de Junio y el 28 de Julio del año 2.006, fué intervenida nuevamente la imagen por Pedro Enrique Manzano Beltrán, tras un amplio estudio radiológico. Se trató de una restauración integral y a fondo, en la que, sin entrar en problemas estructurales que presenta la talla, fueron tratadas numerosas fisuras y desensambles de las piezas de madera que conforman la imagen, así como de abundantes desprendimientos de policromía en diversos lugares de la anatomía de la talla.

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